En lo que concierne a las armas, éstas son instrumentos de mal presagio, no son instrumentos para el hombre de Tao.
Porque a los actos de armas responderá la violencia.
Donde acuartelan los ejércitos, sólo crecen espinos y zarzas.
Grandes guerras son seguidas por años de escasez.
El hombre de Tao utiliza como sitio de honor, en su hogar, la izquierda, y para las armas, la derecha.
Hace uso de las armas sólo en los casos inevitables.
En sus conquistas, no halla placer.
Si hallase placer en ellas, significaría que se recreaba en la matanza de hombres.
El que se recrea en la matanza no verá cumplida su voluntad.
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