Tao es la fuente de todas las cosas, el tesoro del hombre bueno y el refugio del malo.
En la coronación de un emperador y en el nombramiento de los ministros, mejor aún que los que envían tributos de joyas y corceles está el que envía a Tao.
¿Porqué los antiguos estimaban a Tao? Porque mediante su búsqueda el culpable encuentra paz. Por esta razón se le considera lo más valioso del mundo.
Las buenas palabras procuran honores; las buenas acciones engrandecen al hombre.
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