Las palabras no denotan sabiduría.
La sabiduría no reside en las palabras.
El hombre de mérito no es vanidoso.
El vanidoso no es hombre de mérito.
El hombre virtuoso no contiende.
El que contiende no es virtuoso.
El que posee conocimientos no ama la sabiduría.
El que ama la sabiduría no posee conocimientos.
Por esto el Sabio no exhibe su grandeza.
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