El hombre que vive demasiado, muere antes.
Las partes (proporciones) de la vida son tres de diez. Las partes proporcionales de la muerte también son tres de diez. Los hombres que desde el nacimiento se encaminan hacia la muerte son también tres de diez. ¿Por qué? Porque aman la vida con demasiada intensidad. Los que no persiguen vivir, no son esclavos de la muerte. Aquel que de verdad sabe conservar su vida, cuando viaja no encuentra tigres ni rinocerontes, y si lucha, no es vulnerable a las armas. No halla el rinoceronte donde embestir sus cuernos, ni el tigre donde clavar sus garras, ni las armas tienen donde hundir su filo. ¿Por qué? . Porque no busca los peligros de muerte.
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