Tao produce las cosas;
La virtud las nutre.
Se manifiestan en formas distintas
Y fluyen hacia su perfección.
Por esto todas las cosas honran a Tao
Y estiman la virtud, no por coacción, sino siempre por propio acuerdo.
Honran a Tao y estiman la virtud
Por natural inclinación.
Luego Tao las produce, alimenta, desarrolla y protege.
Una vez existentes, no las rechaza.
Las mantiene, pero no se adueña de ellas.
Actúa sobre ellas y no se apropia de su voluntad.
Las educa y no las domina.
Cuando se han logrado, no las reclama.
Como no las reclama, no las pierde.
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