El que ha sido dotado de plena gracia es como un niño.
Ningún insecto venenoso clava su aguijón;
Ninguna bestia salvaje le ataca;
Ningún ave de rapiña cae sobre él.
Sus huesos son frágiles; sus tendones, débiles;
pero su abrazo es fuerte.
No conoce la unión de varón y hembra, mas posee la plenitud de su sexo.
Vitalmente, es perfecto.
Puede gritar sin quedar ronco:
Porque posee la armonía,
Y el que conoce esta armonía conoce lo duradero.
Conocer lo duradero es acercarse a la claridad.
Vivir intensamente conduce a la desdicha.
Dejando palpitar al corazón, nos acercamos a la muerte.
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